Hablando con mi madre...

…Una idealista soñadora, pese a los años y a las experiencias que le ha tocado vivir, siempre piensa que en el fondo, fondo, debe existir cierto equilibrio o cierta justicia, y un no sé qué, más allá de nuestra propia conciencia, que nos sonríe cuando hemos tenido actitudes loables, y nos da la espalda cuando esas actitudes están en el extremo opuesto…(y tiene que ir más allá de nuestra conciencia, sobre todo, porque en algunos casos las conciencias son muy laxas o demasiado benévolas, lo veo casi a diario) ... Pero no, no es así, ni mucho menos. Personas que han extorsionado, mentido, calumniado, instigado, manipulado contra/o a otras, tienen amor, hijos, felicidad, sí. Es así. Pasa. Y personas que siempre intentaron comportarse con amor, con generosidad, con buena fe, un buen día se mueren. O bueno, no, un buen día no se mueren (lo de morirse de pronto, sin sufrimiento, le tocaría, en este “mundo azaroso”, al que extorsiona), se mueren después del largo sufrimiento de un cáncer…¿Y es que acaso creemos que vamos a sufrir menos en función del grado de sufrimiento que hayamos experimentado ya? Me temo que no, que la vida no lleva cuentas. Quiero creer, mamá, en aquello que tú siempre me dices: “tiempo al tiempo”. “Arrieros somos y en el camino nos encontraremos”. O no, quizá no quiero creerlo, porque la contraparte, el que no pase nada hayas hecho lo que hayas hecho, es el perdón...y el perdón es amor...¿Y luego hay gente que piensa que no existe el perdón? La vida, en su orden o desorden, en su azar, es un eterno perdón...Hoy me siento como cuando era niña y lloraba porque llegaba el otoño y tú me abrazabas y me decías: "eres boba..."