Marchando un batido de finales de año
…Leyendo a Manuel Vicent, y a su búsqueda de la esencia en el placer de los sentidos, desde la ventanilla de un tren que me vuelve a Madrid desde Levante… Recordando con dulzura a Benedetti y a Avellaneda, sentada junto a los enormes ventanales de esa vieja escuela donde los árboles de hojas rojizas me hicieron amar un día al otoño escocés… Rescatando retazos de la biografía de Bertrand Russel, cuando todavía podía disfrutar a a manos llenas del olor de los naranjos amargos de los remansos de mi judería…Sabiéndome arremetida en varias ocasiones a lo largo de este año, pero levantada con el mismo ahínco…Intercalando parrafadas con gente amiga entre recuerdo y recuerdo, entre vivencia y vivencia, entre lectura y relectura, de personas recién llegadas y de personas de siempre, entre notas y citas… para sentir que todo está aquí, en mí, mezclado, batido, unido pero separado por pequeños filamentos, como una tela de araña bien tejida… así he decidido pasar hoy la tarde, en este parón del descanso, en este disfrutar de los días que quedan, en este aliento que trata de saborear aún más lo que falta…o lo que tengo…