pandemonium invierno Pandemonium: octubre 2010

domingo, octubre 03, 2010

Cerrar el agua


Los primeros signos de la inminente llegada del invierno ya están aquí:
Paseábamos por la ciudad y me quedé rezagada con el pequeño felizmente instalado en su quinto otoño.
La fuente de la plaza estaba vacía.

-¿Porqué está vacía?
-Para evitar que el agua helada la rompa cuando se hiele.

Se subió al muro, lo miró, lo tocó:
-Pero si esto es muy duro. ¿Cómo puede romperlo el agua?
-El agua, al congelarse "crece, ocupa más sitio" y aprieta fuerte contra las paredes que se separan por las juntas.
Mira, por aquí, por ejemplo.

Silencio.

-Vamos, que ya casi no les vemos...

E imaginé mi corazón lleno de diferentes paisajes poblados y con distintas estaciones dependiendo del lugar donde estén situadas.
Unas en el ecuador, donde arden las pasiones, sintiendo todo de forma tan intensa que a veces me quema.
Otras algo menos centradas, más estables, con mucha vegetación de vivos colores, con fuertes tormentas a veces, pero con calor suficiente para secarlo todo y ser felices de nuevo.
Ahí he instalado a casi todos los que quiero.

Luego, poco a poco, disminuye la población a medida que nos acercamos a los polos.... sus residentes han resistido todas las tormentas de mi vida. Están lejos y la mayor parte del año ocupo mi vida en cosas ajenas a ellos... pero siguen ahí y, de vez en cuando, se mudan una temporada a lugares más cálidos.

Algunas zonas son desiertos que no acierto a comprender y apenas resisto. Si alguien se cuela ahí, apenas me atrevo a entrar a buscarlo.
Otras, intrincadas selvas en las que descubro un nuevo matiz y un nuevo habitante cada vez que me adentro.
Muy pocas son un remanso tranquilo de sombra a orillas de un lago.
Alguna, abruptos acantilados que casi me rompen en cada embestida.

En realidad, hay ciertas zonas que no entiendo muy bien porqué siguen estando pobladas. A veces pienso que es la costumbre; otras, de repente soy consciente de todo lo que me han dado quienes viven allí y siento la necesidad de trasladarles más cerca, tal vez a una zona menos fría... hasta que me acerco... me vuelve a entrar miedo y me alejo de nuevo.
Y siguen ahí.

No sé, tal vez, de momento, cerrar el agua sea lo único que puedo hacer para no hacerme daño cuando llegue el invierno.
Pero... ¿hasta cuando puedo seguir simplemente vaciando la fuente?

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