Hay amores que no agota la vida…
Caminando entre charcos pensé que tú serías de esos… Hoy ya no lo sé. Hoy no sé por qué estás en mi cabeza. Por qué te quedaste. Porque realmente no consigo establecer muchas diferencias. Casi todos tienen algo y ninguno, me digo ahora. Eso es lo que te pasaría a ti conmigo entonces. Aunque no tengo certeza ¿Certeza? Certeza no tengo de casi nada. Pero lo que podía pasarte, claro. Porque puede pasar. Lo difícil es lo otro. Que perdures. Con el ritmo vertiginoso que tiene la vida y con la de personas del sexo opuesto con las que nos relacionamos. No nos conocimos en el momento adecuado. A veces las personas están juntas porque se conocieron en el momento en que debían conocerse. En otros momentos o tiempos, nada hubiera sido igual. Pero no puede ser todo tan arbitrario. O sí. No lo sé tampoco. Sí que yo debo conservar mi idealismo. Si no me volveré de mirada triste y de sonrisa sin sentido, y de forma continua. Y no quiero. Hay amores que no agota la vida, ¿sabes? Hay amores que simplemente se truncan de forma absurda. Pero los hay. Qué complicados somos a veces en nuestras relaciones con los otros. Y lo peor, cómo lo vestimos de ser partidarios de relaciones fáciles y de pensar lo necesario. Sólo por no ser capaces de afrontar nuestras dudas o por aferrarnos a lo que creemos es seguro. Yo muchas veces dudo, y me asusta el compromiso, la renuncia al elegir... Pero, hay amores que no agota la vida, por mucho que nos empeñemos…
“…Ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo.
“…Ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo.
Ojalá que la luna pueda salir sin ti. Ojalá que la tierra no te bese los pasos...
...Ojalá se te acabe la mirada constante,la palabra precisa, la sonrisa perfecta.
...Ojalá que no pueda tocarte ni en canciones…”
...Ojalá se te acabe la mirada constante,la palabra precisa, la sonrisa perfecta.
...Ojalá que no pueda tocarte ni en canciones…”