Desahogo

No sé qué siento. No sé qué siento cuando te pienso, todavía. Tristeza, no exactamente. Alegría, tampoco. Quizás algo de rabia triste. Quizás algo de vacío y de incomprensión con cierto regusto extraño, quizás incómodo. No sé. Por qué. Por qué o es todo o es nada. Por qué. Por qué te has ido tan lejos, por qué casi has desaparecido. Por qué no confías en que algo sé de matices, de fondos, de formas, de grises, algo. Y por qué me niegas, me borras, me disipas...si existo, y además puedo existir en lo que tú quieras, en lo que nos une, en lo que nos sintamos bien ambos…porque hay matices, hay grises, porque no tiene por qué ser o todo o nada, porque las relaciones las moldeamos nosotros. Y porque es artificial y forzado que existan entre tú y yo tantas discrepancias, tantas diferencias, tanta distancia. No lo ves. Se palpa. No sé. Por qué. No sé qué siento. No sé qué siento cuando te pienso, todavía.