Post en diferido

…Los días previos me gustan. Mis pies, abandonan la pereza, y se ponen en marcha…Esta vez pasearon por el barrio gótico, se perdieron por las callejuelas del Borne, e incluso caminaron contracorriente por la orilla del mar. Mi mente, se sumergió en la gente que encontraba al pasear, al perderme, al caminar y se sintió tan viva que incluso percibió por instantes la nostalgia de lo que no vivió pero podía haber vivido, quizás, incluso, convencida de que lo viviría…La vuelta, me trajo a un amigo y a sus escarceos con la pintura decimonónica, que a la luz de una vela y un colacao caliente me transportaron a otro tiempo, y después, a otro lugar. Al día siguiente, andaba corriendo, apresurada, como cuando sabes que la impuntualidad no es llegar, y entonces, llegué a la estación, crucé las puertas de cristal, miré a un lado y a otro, y allí estaba ella, esperándome, con la sonrisa generosa de quien siempre ha dado y sigue dispuesta a dar… Los días previos me gustan. Intento que sean intensos, embriagados de ganas y sonrisas…justo lo necesario para pasar un período de carencia sin estrecheces y darle la bienvenida a febrero sin poder mover la mandíbula…