pandemonium invierno Pandemonium: Viaje al interior del norte

martes, agosto 17, 2004

Viaje al interior del norte

…Cuando uno emprende un viaje, nunca sabe qué se va a encontrar, qué le espera, cómo se va a sentir allá donde va…Todo es nuevo. Todo está por descubrir…incluso una parte del interior de uno mismo que hasta ese momento permanecía dormida, de pronto se despierta, sale del letargo en el que podría haber estado siempre, y nace…

…La inquietud y el desconcierto de un aeropuerto que por unos minutos me pareció oscuro, demasiado silencioso, extraño…se transformaron rápidamente, al empezar a recorrer la noche del interior del Norte, en una profunda y placentera quietud. Voces desgarradoras que invitaban al más vehemente de los silencios, a la más poderosa de las sensaciones, a la imaginación embriagada, a la pasión callada, contenida…niebla amiga… llanuras diáfanas con un perceptible sabor a nostalgia…sombras misteriosas de árboles centenarios…y tú, mi luna, en un cielo estrellado también distinto, hicieron que mi sueño se resistiera a conciliarse, mis ojos a dejar de ver, mi mente a dejar de percibir, y mi ser consciente a dejar de estarlo.

… Con el paso del tiempo, uno se da cuenta de que existe una vinculación a veces invisible entre las culturas más aparentemente opuestas y sus costumbres más ancestrales (quizá sea como dice nuestro amigo del Norte esa extraña combinación entre altitud y latitud…o quizá, como en algunos instantes se le antojó a mi imaginación, sean las vivencias de los pueblos absorbidas por los extravagantes “cúmulos nimbos” que vuelan por el cielo a través de mares, lagos, llanuras y montañas, las responsables de semejante ambigüedad…). Protestantismo e islamismo, modernidad y antigüedad, norte y sur, Europa y América, Occidente y Oriente…separados por formas de vida distintas, por idiosincrasias diferentes…pero con elementos comunes perfectamente integrados, a veces en tiempo y espacio, a veces sólo en el tiempo, casi siempre sólo en nuestras conciencias… y, sobre todo, asombrosamente presentes en ti, Norte.

…Cuando uno emprende un viaje, nunca sabe qué se va a encontrar, qué le espera, cómo se va a sentir allá donde va…en este viaje, hay una sensación para el recuerdo, para el disfrute de los sentidos, o quizá, más bien, un modo de estar que sé que permanecerá… viento suave que acaricia el rostro, luz tenue con infinidad de destellos que se deja entrever entre los árboles con tronco espigado de los tupidos bosques, y que se refleja en el agua de los lagos que encuentras por doquier. Largos atardeceres que invitan a la introspección, sonrisas serenas y amable discreción, gente sencilla, acogedora, a la que se le quiere y se deja querer…y de fondo, siempre…los acordes de un violín….


Suecia, agosto de 2004
E.Murillo

2 no pudieron callarse:

Anonymous Anónimo replicó sin poder evitarlo...

Os echo de menos, mucho además...Hoy he soñado que nos volvíamos a ver ayer, y me he vuelto a poner triste porque ya hubiera pasado...Nos volveremos a ver, ¿verdad?

2:01 a. m.  
Blogger libertad replicó sin poder evitarlo...

Por supuesto. Un beso

10:47 p. m.  

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