Rewind
Por la parte baja, con bancos a los lados, suelen estar los más pequeños. Algunos se deslizan a modo de tobogán improvisado por sus losas, pero no cambian de lugar. Se levantan y siguen jugando en el mismo sitio. Los chicos de edad intermedia corretean por la parte alta jugando a la pelota. Las niñas, de la misma edad, normalmente separadas de ellos, también juegan, sentadas, corriendo, andando, pero siempre respetando la línea imaginaria que divide el círculo ovalado del patio de la urbanización. A veces saltan a otras zonas ocupadas por chicos mayores, pero parece incluso incomodarles el tener que detenerse en la parte baja. El césped, la piscina, el árbol de hojas granas, los arbustos pequeños y la parte verde agreste situada en la zona más umbría, son el lugar de encuentro y confidencias de los más mayores. Su feudo. Personal, intransferible, intocable…
Yo miro hacia la puerta, hacia la puerta que separa este patio de la calle, este “micromundo” del mundo de ahí afuera, del real. Aquí todos los niños parecen haber encontrado su sitio, estar tranquilos, disfrutar de su lugar como si no existiera otro, y no sentirse amenazados por nada ni por nadie…Cuántas veces al crecer intentamos reproducir, aislándonos de lo que tememos, estos “micromundos” o “microespacios” de la infancia…
Yo miro hacia la puerta, hacia la puerta que separa este patio de la calle, este “micromundo” del mundo de ahí afuera, del real. Aquí todos los niños parecen haber encontrado su sitio, estar tranquilos, disfrutar de su lugar como si no existiera otro, y no sentirse amenazados por nada ni por nadie…Cuántas veces al crecer intentamos reproducir, aislándonos de lo que tememos, estos “micromundos” o “microespacios” de la infancia…
18 no pudieron callarse:
De mayores los re-creamos, de mayores tenemos esos lugares que van màs allà de los sitios que pisamos...en este momento estoy muy a gusto en el que me he procurado:-)
Besos, Libertad, siempre es bello visitarte.
Holaaaaa. Por uno de esos micromundos ando yo últimamente y no tengo muy claro cómo salir de él. No es bueno, y no merece la pena, eso creo al menos. De todas formas Buadelaire decía que su patría era su infancia y debía de ser un poco más listo que yo.
Un besete muy grande.
Es una cuestión de higiene sentimental. La mayoría de las veces no resulta, pero el miedo a enfrentarnos a lo que nos incomoda es natural, como lo es postergar al máximo la cita ineludible que nos dieron con ello. Es como cuando tienen dos noticias que darnos, una buena y otra mala, y hay que responder cual quieres primero.
Pues es verdad.
Hay micromundos en los que parece existir un orden envidiable, sin imposiciones ni dolor.
Ojalá pudiésemos -o quisiésemos- trasplantarlo al mundo para todos.
Besos
Sí, pero y si no conseguimos trasplantarlos al mundo para todos, Ybris?
Y no corremos el riesgo de "bunquerizarnos" y vivir completamente al margen de la realidad, y sin ser ni siquiera conscientes de ella, Mc clellan?
Creo que todo el mundo debe buscar sus remansos de paz y beber de ellos, pero cada día veo que nos cubrimos más con un caparazón que nos aisla de los otros, que nos impide ver la realidad y entenderla, y que nos hace ni siquiera necesitar esa comprensión...
Te haces mayor y lo único parecido que nos queda es la noche, bien en el reino de Sueño, bien acurrucado a la luz amarilla de una lámpara.
Pero claro, nunca es lo mismo.
A veces deseo ser niña....
ahh querida, me has traido la añoranza...
Abrazos
Es solo una impresión a ojos del observador, en realidad siempre queremos que nuestros micro espacios tengan puertas para salir de ellos. Salu2.
Pero nada de los mundos de la infancia se reproducen...para bien o para mal..en estos tiempos en que la mayoria de los niños tan protegidos lo son casi hasta los veintitantos...que diferente de mi infancia que a los 14 ya te tenías casi siempre que buscar la vida...besos
Muchas, pero los intentos son en vano. Y sí, puede que tengas razón, a lo mejor deben ser en vano.
Un beso
Aislarnos, volver a levantarnos y seguir jugando... un beso que atraviese tu microespacio, para posarse así en tus manos.
Ayyy...ahí me has dao! Aquella sensación de que todo encajaba se acaba perdiendo para siempre; es lo que tiene.
Nosotros, los mayores, no tenemos más remedio que buscar otros "equilibrios". Y, en todo caso, no olvidar la responsabilidad de mantener eso para los que son niños ahora.
Interesante reflexión.
Un beso.
Prasky, sí, nos hacemos mayores, pero no creo que lo único q ue nos quede sea la noche. Sólo que quizás hay que poner más empeño en mirar y disfrutar con lo cotidiano. B.
Clarice, yo no sólo lo deseo, sino que a veces sé que lo soy. Un besazo
Edanmir. Sí, tienes razón, creo. Muy interesante tu percepción. Gracias. Un beso
No, no se reproducen, aunque a veces, en algunos instantes, podamos sentir que sí. Un besoo
¿Siempre los intentos son vanos, anónimo?
Gracias desmartes, lo atravesó y llegó.
Misántropo. Nosotros los mayores no tenemos más remedio que buscar otros "equilibrios"...es verdad, pero no es fácil, pero supongo que para eso hemos crecido. Gracias. Un beso grande
Hace días que leí tu post, durante este tiempo he intentado dilucidar si poseo ese micromundo, o simplemente lo recreo, si vivo en el o sobrevivo en otros.
Al rpincipio pensé que delimitarlo sería contrario a lo que siempre enarbolo, pero tuve que rendirme a la evidencia de sus limites. Y aunque nunca son los mismos, los hay....cada vez que tomo mi "espacio" y disfruto de él, sólo mío....y de esa soledad en la que la existencia ajena me incomoda.
Pero allí no hay exterior ni interior...sólo el silencio rodeándome.
Sabes...visitarte me "equilibra"...
Olimpia. Contigo.
Cada vez hay menos... Ahora los pisos son sólo bloques de cemento, y las casa, calles peligrosas donde moverse.
Saludos.
No, no sabía, Olimpia. Pero en la medida en que sea bueno para ti, me alegra.Contigo
Elendaewen, pues tienes razón. Por eso yo disfruté el otro día observando este micromundo que me rodea.
¿Y cuántas otras veces seguimos sin encontrar forma de ubicarnos y sentirnos a salvo, como tampoco en la infancia lo conseguimos?
Todos buscamos la forma de encontrar ese refugio donde estar protegidos del mundo, donde encajar...
Un abrazo muy, muy, muy fuerte
Niños, niñas, los que saben vivir.
Un saludo y gracias por tu paseo por mis playas abandonadas.
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