"Flashes"

Antes, o al menos así lo recuerdo, los días previos a Navidad todo era bullicio y jaleo en la facultad. La gente tenía ganas (supongo que inducidas, pero ganas) de estar bien, de sonreír, de dar lo mejor de sí mismos…y de alguna manera este “estar”, este “sonreír”, este “dar”, era irremediablemente contagioso, para lo bueno y para lo malo, para todo. Este año, el jaleo y el bullicio de otros, sólo ha pasado levemente por mi mente cuando atravesaba la explanada que une el aulario con el edificio departamental, como si el sol, ya de tarde, de tarde de invierno, me hubiera insuflado un rayo capaz de reavivar por unos instantes mi memoria dormida. Y es que, mi empeño por no huir, pero sí por esconderme, por protegerme inconscientemente, y no tan inconscientemente a veces... me ha llevado a estar en el mismo sitio pero con apariencia de otro; y, el resultado, es que también tengo lo mejor y lo peor de los disfraces, que siempre fueron eso, disfraces.

Por un momento, se me ha pasado por la cabeza hacer un recuento de cosas buenas y malas, resumidas en flashes que podrían hacer este año distinto de otro, pero no, no lo voy a hacer, no estoy para heroicidades...aunque, quizá sí, para un recuerdo: “….por muy largos y fríos que sean los inviernos, la primavera siempre llega…y llegó en abril de 2004 para impresionarme, para darme cuenta de que la magia que un día creí que sólo en sueños envolvía a la personas, también lo hacía en la realidad: y lo vi en vuestros ojos, en vuestros gestos, y lo sentí en el prado, donde se aparcan los coches, con aquella música absolutamente increíble, y lo vi y lo sentí en aquel rincón mágico donde las ensoñaciones no son espejismos…y me conmovió….Por eso ahora no dudo que llegará en el 2005…”. Feliz Navidad a todos!!! Mis mejores deseos, besos!


E. Murillo