Psicoanalisis

A veces miraba el mundo desde su escote.Me metía entre sus tetas y me llevaba de paseo cuando salía a la compra,o a la peluquería.Y allí iba yo,como un torerito chiquitito asomado al burladero de su pecho,saludando a las marujas,mirando las revistas de los quioscos,con los brazos cruzados bajo la barbilla,apoyado en las costuras de su sujetador.Si se paraba con alquien escrutaba la cara de quien fuera,si además era mujer miraba entre sus tetas a ver si llevaba a alguién de paseo como ella me llevaba a mi..Pero casi siempre lo único que veía eran costuras descosidas de sujetador de a diario o algún pañuelo de tela con hilillos sueltos en las esquinas.Que bien se veía el mundo desde allí,recostado,calentito,con la vibración de su voz en mi espalda,con la turgencia de sus tetas amparándome.No quería crecer,no quería ir a la escuela,quería vivir allí,que me permitiera bañarme con ella colgando de su cadena de oro y su crucifijo.Quería acostarme sobre su teta derecha y taparme con la izquierda cuando se tumbaba del lado derecho y al contrario cuando lo hacía del otro lado.Que vida sería aquella!!!Que felicidad más grande me esperaba!!!Hasta que un día el sueño terminó de repente.la realidad se hizo cargo de mi vida y empezó a ir de compras sin mí,en mi lugar llevaba a mi hermano pequeño y yo llorabaviendo comando "g" y lloraba viendo la abeja Maya y no os digo nada de como lloraba viendo Marco,el pobre,recorrer el mundo entero por sentarse otra vez en aquel sujetador hermoso e italiano,aquel de la talla 100 lo menos.Desde entonces busco un lugar así para salir de paseo.,en fin.Eso sí,al menos me libré de las rozaduras en verano,cuando el sudorcillo se adueñaba de aquel canal que era mi casa.