Mi tarde de primavera

...Hay cosas en la vida que siempre vuelven. Antes, cuando volvían las sensaciones negativas, los comentarios que no me hacían sentir bien, intentaba pasarlos por alto, no escucharlos demasiado, o escucharlos en la medida en que podían ayudarme a ser mejor, a crecer. En algunos casos, muy excepcionales, llegaba incluso a creerme la teoría del espejo, cada uno ve reflejados en los demás sus propios miedos, sus propios traumas de la infancia e incluso de la adolescencia, y seguía adelante, más tranquila. Luego, empecé a preguntarme, qué me pasa a mí, por qué determinados comentarios me generan sensaciones negativas, me hacen no sentirme bien, y, encontrando respuestas no buscadas a priori creo que aprendí a ser más feliz, a crecer más, con ramificaciones más sólidas...

...Esta tarde de primavera, de preciosa primavera, el sol se refleja en la ventana, en la pantalla del ordenador y en la mano que escribe este post. De fondo oigo una voz grave hablando en francés y una música que se me antoja celestial. Mi mente está tranquila, mi conciencia en paz, me sé y me siento muy querida, llena de vida, de amor. Esta tarde no necesito dejar de escuchar o pasar por alto lo que me hace sentir mal, ni siquiera plantearme qué me pasa a mí ante tal o tal circunstancia. Esta tarde me acepto con lo bueno y con lo malo, y me quiero. ¿Y sabes por qué? porque esta tarde por fin es mía y sólo mía. En cuanto he visto los lilas, los verdes en toda su gama, el rojizo de las montañas y el azul del cielo, he pensado en ti y me han entrado unas irresistibles ganas de quedármela...Y sabes lo mejor, papá, lo he hecho.

E. Murillo