pandemonium invierno Pandemonium: junio 2005

miércoles, junio 29, 2005

Vagabundos

Soy Javier Vidal. Nací en Ronda el 28 de Junio de 1969, a las 6:45 horas. Fue un parto rápido, fácil para el médico, indoloro para mi madre. Al único que se ve que le dolió fue a mí, que no paraba de llorar. De otros niños que dan patadas se dice que serán futbolistas; yo pertenezco al otro cincuenta por ciento: a aquellos de los que se dice, en un alarde de originalidad, que serán cantantes. Estoy inscrito en el tomo setenta y cuatro, página trescientas veintinueve del registro civil de Ronda. Cuando niño era muy mono y siempre que alguien se acercaba a mi cuna le zampaba una sonrisa. Tengo varias anécdotas de aquella época, que mi madre me ha contado y que me sigue contando algunas veces, cuando se va la luz y nos quedamos sin tele y encendemos una vela. Y me cuenta cosas de cuando ella y mi padre eran más chicos, o cuando se casaron, y vivía mi abuela y mi abuelo criaba canarios; y mi abuelo materno a quien no conocí se presentaba por las mañanas con higos y frutas de su campo. Entonces sería un gusto aparecer en aquellas vidas con mi sonrisa y mi cara como una papa, mecido de brazo en brazo, de beso en beso.


Hoy, a las 6:45 de la mañana he cumplido treinta y seis años, fíjate. De los más de seis mil millones de habitantes de este mundo, calculo que habrán sabido de mi existencia unas nueve mil personas, con el riesgo de quedarme corto. De esas nueve mil, con unas mil personas habré tenido trato directo, unas trescientas lamentarían mi muerte, unas doscientas me apreciarán, unas setenta y cinco me querrán, unas diez me consideran necesario en sus vidas y una o dos me consideran muy necesario. Pero a estas alturas a nadie le interesa ya dónde nací ni cómo ni si era mono cuando chico o si llegué a ser cantante o sonreía desde la cuna.
Dentro de cuarenta y tantos años seré un viejo casi anónimo vagando por las calles de mi pueblo, como cualquiera de los viejos casi anónimos que veo ahora y que no conozco. Entonces, de los catorce mil habitantes del pueblo, mil sabrán de mi existencia, conocerán mi nombre ciento cincuenta, me llamarán por mi nombre quince y lamentará mi muerte alguno que otro. Las anécdotas de cuando era chico, incluso las de cuando fui maduro, me las quedaré para mi; si acaso las reviviré algún día en un asilo perdido mientras que la baba resbale por mi barbilla y no sepa seguro si las he vivido, soñado o visto en una película. A nadie le importará qué cara tenía antes de cumplir los sesenta ni cómo se llamaba mi abuela, o que hacía a los veintitantos años en un banco de la plaza, a las tres de la madrugada, ni con quien estaba ni de qué hablaba.
Dentro de sesenta años tan sólo mis sobrinos, si acaso, se acordarán de mí. Seré un muerto más entre todos los muertos; esperando, como esperan todos los muertos, a ser olvidados definitivamente. Y cuando eso ocurra, cuando ni siquiera vivan los pocos que me recordaban ya, cuando alguien formatee el disco duro de este ordenador y los bits en los que se guardan las páginas del Pandemonium se conviertan en otro tipo de código o de algo, entonces me apagaré con todo lo que fui, lo que viví, lo que sentí; con mi sonrisa desde la cuna, con el cariño de los que me quisieron. Mis recuerdos se fundirán en el olvido y todo lo que he sido desaparecerá o se transformará en algún tipo de energía o en polvo. Algún día un habitante del futuro me encontrará ensuciando su mesa y me limpiará con un paño, o soplará para que siga vagando.

Ahora vengo de tomarme una cerveza acompañado de gente que me llama por mi nombre. Hemos hablado de muchas cosas mientras agradecíamos el aire de la noche y el ruido de la calle. No sé por qué pero de pronto he sentido que soy feliz y por un momento he sentido que ese sentimiento, ese momento se quedará conmigo; no para siempre, sino sólo hasta que mi cuerpo y mis recuerdos nos hayamos confundido en energía o en polvo que siga deambulando infinitamente este universo de vagabundos.

domingo, junio 26, 2005

...Y de repente...sólo existen los sentidos...

Después del largo día del viernes, y ya por la tarde noche, justo antes de la cena habitual de final de curso, o más bien de bienvenida al verano, Eva contestó, cuando le preguntaron si recordaba algo de su infancia en Borneo, que, tan sólo olores, sabores, sonidos y algunas canciones que su padre, un melómano confesado, le ponía cada vez que estaba en casa …No sé muy bien cuál fue exactamente el detonante, pero sí que fue justo en ese instante cuando mi imaginación pasó a ser mi realidad presente y mi mundo otro ajeno al que me rodeaba. Sin darme cuenta, había pasado a otro estado, a un estado de placentera relajación en el que los sentidos mandaban y todo lo demás que ocurría quedaba en segundo plano, en el que fácilmente podía dejarme llevar por el olor a jazmín que me parecía que impregnaba hasta el último rincón de la sala, por el exquisito sabor de las aceitunas rellenas servidas en una preciosa vasija de barro, y por la música popular barroca que oía nítidamente, a pesar de los “chapurreos” de los niños, de las canciones de los pasayos entremezcladas con la barroca, y de la conversación animada que por supuesto no sólo continuaba, sino que me permitía apreciar las sonrisas y las miradas de los que allí nos encontrábamos, desde fuera, como si de un observador “invisible” y hetéreo se tratase…

…Hoy, al levantarme, he pensado que cuando me instale en otra casa, una que considere más mía, intentaré hacer de ella un lugar de olores, de sabores, de sonidos, de músicas distintas y seguramente de algunas letras de canciones…donde pueda guarecerme tranquila porque la única realidad que exista sea la de los sentidos, sentidos que avivados por mi imaginación me eleven haciéndome rozar de puntillas el suelo, o incluso me transporten a otro mundos....

martes, junio 21, 2005

Cazando

CAzando hilitos sueltos me desvivo

en estas horitas muertas de la tarde

tumbados sin prisa bajo el chopo

en un viaje hasta tu centro.

Presiento la oleada de ternura

la suave oscuridad y tu silencio

quebradito por una uña que avanza

por la costura doble de tus vaqueros.

sábado, junio 18, 2005

Por si alguna vez te atreves a entrar y leer alguno de los post de los que tú llamas “locos” blogueros…

...La semana pasada, el jueves, vino Manolo a casa. Pasamos una tarde estupenda, de esas en las que, mientras la mayoría de los mortales trabajan o hacen sus quehaceres habituales de la semana, tú te escapas “literalmente” y decides hacer las cosas que sólo los fines de semana solemos o podemos hacer (es increíble lo que siempre he disfrutado de “esa insignificante trasgresión de las normas de lo cotidiano”). Es un tío adorable, un encanto. Con muchas cualidades que podría enumerar para explicar más lo de “encanto”, lo que para mí significa serlo y especialmente lo que él es; pero, sobre todo, con la virtud, la tremenda virtud (no sé si sobrevenida o intencionada, o un poco de cada), de aparecer sólo para generar Recuerdos.

viernes, junio 17, 2005

"Me muero con él"

Ayer lo enterraron.Tenía 18 años y una madre "linda" y un padre grande de voz profunda y él mismo la voz profunda,el pelo largo, una novia rubia y amigos,no muchos,pero los que eran lo eran de verdad de la buena.Ya cuando lo encontré la primera vez me pareció una persona encantadora,mezcla nórdica y sudamericana,de educacion casi exquisita y sencilla,cariñoso e interesante.Ayer muchos hablaron de él.Les decían a los padres lo que supuso para ellos encontrarse con él durante el tiempo que lo hicieron.Un compañero de clase dijo que lo echaría de menos,que cada mañana desde el accidente lo habia hecho ya,cuando nadie,temprano a primera hora,llegaba a clase con el pelo despeinado,cara de sueño y le preguntaba poniéndole la mano en el hombro "comó estas?"
Fue emotivo,mucho,nada ñoño,sólo emotivo.Hubo violines y órgano,guitarras y voces atragantadas,hubo trajes blancos y una comida rica luego.No creo en la tristeza de la muerte,creo en la tristeza de la madre que no verá más a su hijo,de la novia que a los 18 años,en pleno apogeo de su amor no encontrará los labios que quiere besar,creo en el dolor de un padre que no sabe decir "me muero con él" pero que lo está haciendo.Creo en la abuela que salva diferencias familiares por fin para acompañar a su hijo en probablemente el peor momento de su vida,creo en la fortaleza de una abuela de casi 80 años y el hijo que piden visados y mueven cielo y tierra para llorar con su hija y hermana .Creo en los amigos que acompañan,hacen una sopa caliente,se sientan en silencio y comparten la pena porque para dos personas solas es demasiado y ni siquiera parece que sus cuerpos puedan con ella.
Todo ello me hace como siempre pensar,mejor expresado,me hace reavivar mi compromiso con la vida,conmigo mismo y con la alegría de estar vivo.No valen los rencores,no merecen la pena,ni el orgullo,ni dejar de decirle a alguien lo que piensas de él,sobre todo lo bueno.Prueba,descubre,arriesga,besa,acaricia,contempla,habla,
calla,despide,acercate,sonrie,enfadate, vive como piensas,piensa lo que quieras y hazlo con la certeza de que en ultimo termino es SÓLO TU PROPIO JUICIO FINAL,TÚ ERES EL MÁXIMO JUEZ DE TU VIDA, el que importa,que el día de nuestra muerte y de nuestro entierro cuando hablen de nosotros nada se nos mueva por dentro,que si sentados en algún banco de la iglesia o donde sea que nos entierren pudiéramos hablar nosotros también pudieramos decir satisfechos y entre risas "!!exacto,ese he sido yo!!!".
Vivir y morir sin remordimientos.

martes, junio 14, 2005

Spelmansstämman


Disculpadme,he vuelto.
Disculpadme,me he perdido.
Me he perdido en su compañía.
Me he perdido en el norte del norte.
He andado perdido por los caminos de Olgersson.
Entre cuerdas me he perdido.
He andado perdido en la alegría de las polskas y los schottis.
He danzado en viejos graneros,en las risas de las fiestas campesinas.
Es que a veces me emociono y me pierdo.
Me emociona un corro de violines.
Me emociona su risa cuando baila.
Me emociona el verde cuando llueve.
Me emociona el olor de la hierba fresca.
El vuelo de su falda en las vueltas.
Me emocionan las bailarinas en circulo,con esa cadencia en sus hombros cuando se mecen.
Me emociona el crujir de los tablones en el baile.
Me emocionan las llamas de noche.
Me emociona esa granja.
Me emociona saber que volveremos.
Me emociona vivir como vivo.
Os he echado de menos.

lunes, junio 13, 2005

“Flaca de amor”

…Una luna grande, brillante, redondeada; un piano en el ángulo esta vez iluminado; un violín silencioso, y, una guitarra aparentemente rasgada. Eso, y por ese orden, fue lo primero que vi nada más ocupar el palco. Todo parecía tan real y al mismo tiempo tan figurado, que sólo eran posibles dos opciones, o levantarse y huir del insoportable calor de una noche de junio en mi ciudad, en mi tierra, al amparo de alguna de esas máquinas de aire acondicionado, o introducirse sin preámbulos, directamente y de lleno, en aquel escenario que te invitaba a permanecer, a trasladarte a otra época, a otras historias, y quizá a otro estado…Perfección y armonía en el escenario, movimientos rigurosamente estudiados pero hermosamente interpretados Pocos minutos de esa voz, dulce, fuerte, angelical, apasionada, con modulación cuidada, alargada o acortada a capricho, casi regalada por la sonrisa continua que la abrazaba, bastaron para atraer mi atención y quedarme absorta, anclada… en “esos ojos verdes”, en “ese Cádiz que es como la Habana…”, en “esa Pasión que describe Sabina y adereza Ruibal”, en “esa nana” (ay en esa nana!), en “ese barrio del caramelo y la calle del almíbar”, en “María cuando se bebe los vientos y empieza de nuevo”…y en esa Flaca de Amor a la que canta…

P.D. …La flexibilidad y la firmeza (cuando se dan juntas) son dos de las cualidades que más admiro en los otros y que más intento cultivar. Hoy he optado por la flexibilidad, ya pensaré mañana que hago con la firmeza...

miércoles, junio 08, 2005

Paréntesis

"...No hay en ningún mundo prisión en que el Amor no pueda abrirse paso. Si no entiendes esto no has entendido nada acerca del Amor..."

(De profundis, Oscar Wilde, p. 194)

P.D. Nunca he encontrado palabras propias para despedirme... ni aunque fuera temporalmente, pero tampoco nunca he dejado de hacerlo por eso...nos vemos pronto...y aquí.

domingo, junio 05, 2005

...A veces nos sorprendemos

...Te he cogido en brazos, te he acariciado suavemente la nariz, he intentado buscar la inclinación para que te diera la luz adecuada, no más, no menos, te he observado las manos, los dedos pequeños pero perfectamente formados, te he sonreído, te he mirado y remirado, con decisión, con ternura...y cuando he creído verte feliz, te he mantenido así sin moverme, sin moverte, con el mayor de los cuidados, hasta que al cabo de dos horas y cuarto con tu llanto te has revelado, y he llamado a tu madre para que te volviera a amamantar....

Recuerdo que cuando tenía dieciséis años un amigo me dijo que tenía un instinto materno demasiado desarrollado. Yo nunca me lo vi de forma especial. Y, sobre todo, nunca me sentí realmente como una madre. No tengo ni idea de por qué, pero hoy sí....

viernes, junio 03, 2005

Tardes de deliciosa quietud

...Me detengo a ratos, levanto la cabeza, miro al ordenador, sonrío…miro por la ventana, por las rendijas entreabiertas de la persiana que mantengo bajada para no distraerme demasiado, para conseguir esa especie de “semiatención” o de atención despreocupada que tanto me embriaga …observo los libros de la estantería antigüa, los clasificadores de colores que encontré en abril debajo de aquella caja del supermercado, y vuelvo a sonreír. Me encanta estar rodeada de libros, de notas, y leer de aquí y de allá, releer anécdotas, biografías, frases, poemas…como aquel día, aquella tarde de deliciosa quietud, en la que, como hoy, en otro lugar real que sé distinto, pero igual caprichosamente imaginado, decidí hacer la maleta y aventurarme…
PANDE MUSICAL